lunes, 11 de noviembre de 2024
Fui a ver a mi abuela y le pedí que me cosiera un botón de la camisa.
Fui a ver a mi abuela y le pedí que me cosiera un botón de la camisa. Me miró con ternura y dijo: "Cariño, ven aquí, tienes que aprender a hacer todo. ¿Qué harás cuando ya no esté? ¿Tirarás las cosas porque no sabes arreglarlas? Recuérdalo siempre".
La observé con su dedal y su vieja caja de madera llena de utensilios de costura. Ella viene de una generación que remendaba calcetines en lugar de tirarlos, que cambiaba el elástico de la ropa interior y usaba sobrantes de tela para hacer nuevas prendas. Nada se desperdiciaba.
Miré su anillo de bodas, que nunca se quitó incluso después de que el abuelo falleciera; de hecho, también usaba el suyo como colgante. Pensé en todas las veces que "remendó" en lugar de tirar, en todos los años de matrimonio en los que reparó y reparó, con su dedal y sus anillos de boda.
Su generación valoraba las cosas y las personas. Aprendamos de nuestras abuelas a remendar relaciones, recomponer corazones, reparar heridas familiares, luchar por lo que vale la pena y bordar nuevamente el valor de la vida.
CUANDO ERA NIÑA * Mi mamá solía contarme
* CUANDO ERA NIÑA *
Mi mamá solía contarme historias de sus días como costurera en un pequeño pueblo. La imagen de ella, sentada junto a su vieja máquina de coser, aún vive en mis recuerdos como un rincón mágico del pasado. Ella me enseñaba a hacer pequeñas puntadas mientras compartía anécdotas de su juventud, de cómo confeccionaba vestidos para las mujeres del pueblo y trajes elegantes para ocasiones especiales.
Esa pasión por la costura no era solo una habilidad; era un lenguaje de amor y dedicación. Las telas, agujas e hilos se transformaban en poemas de tela bajo sus manos, y en cada prenda que creaba, dejaba un pedacito de su corazón. La nostalgia de esas tardes soleadas, llenas de risas y cuentos, me acompaña siempre, recordándome que en cada costura hay una historia esperando ser contada.
domingo, 10 de noviembre de 2024
Decía mi Abuela... No camines descalza
Decía mi Abuela... No camines descalza en la tierra fría porque ese frío llega hasta tu riñón y enfría tu vejiga.
No te duermas con el pelo húmedo porque esa humedad se va a tus vías respiratorias y humedece tu nariz.
No cambies tan drásticamente de caliente a frío porque la mirada y los ojos enferman y no los talles porque los lastimas.
No saques al bebe de su hogar antes de la cuarentena porque aún no tiene cerrada la mollera.
Hay que mantener caliente tu vientre y tu útero se conecta con tus pies y tus raíces.
Mantén tu fuego prendido y tú vasija humeando, mantén tus vientos equilibrados y tus elementos girando hermosos consejos de la abuela
Decía mi Abuela...
Decía mi Abuela... No camines descalza en la tierra fría porque ese frío llega hasta tu riñón y enfría tu vejiga.
No te duermas con el pelo húmedo porque esa humedad se va a tus vías respiratorias y humedece tu nariz.
No cambies tan drásticamente de caliente a frío porque la mirada y los ojos enferman y no los talles porque los lastimas.
No saques al bebe de su hogar antes de la cuarentena porque aún no tiene cerrada la mollera.
Hay que mantener caliente tu vientre y tu útero se conecta con tus pies y tus raíces.
Mantén tu fuego prendido y tú vasija humeando, mantén tus vientos equilibrados y tus elementos girando hermosos consejos de la abuela..
Un fuerte abrazo a todas las abuelitas son tan sabias 🌹🫶🙏
Tomado de la red
#Comparto #reflexion
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