miércoles, 20 de julio de 2016

Los viajes antiguos del siglo XIX de Andújar a Córdoba @MDoloresMata

Los viajeros extranjeros de épocas , como concienzudos notarios, van levantando acta de todo Viajeros que escribieron para lectores de otros mundos y que han contribuido a que España y todo lo español y, toda Andalucía y lo andaluz se conociera fuera de nuestras fronteras.
Viajar por España en la mente de muchos de ellos era viajar por Andalucía. Cuando durante las primeras décadas del siglo XIX procedentes de tierras castellanas los viajeros se iban acercando a Despeñaperros y a la zona norte de la provincia de Jaén, y conocedores de historias de atracos y asesinatos que los venteros y trajinantes de los caminos se habían encargado de contarles, no necesitan mucho para imaginarse en manos de alguno de los sanguinarios bandoleros que durante tales épocas infestaron y fueron el azote de esas sierras.
No es de extrañar que el viajero diera rienda suelta a su imaginación, el viajero viera en cada uno de los arrieros y muleros con los que se cruzaba, pensaran en un malhechor y con una faca en la mano que lo desvalijaría y lo llevaría a las montañas como rehén o que incluso lo mataría en cualquier recodo del camino.
La pluma del escritor, al l Tempranillo, el Polinario o los “Siete Niños de Écija” que relatos escritos por anteriores viajeros habían hecho célebres 
Una vez en Bailén, en la parada y fonda, el viajero que se dirige a la vecina Córdoba continuaba camino por Andújar, avanzando y acompañado por olivos centenarios , otros prosiguen viaje a Jaén donde visitar la catedral y el castillo de Santa Catalina antes de proseguir camino hasta Granada .
Al avanzar el siglo XIX contemplamos un cambio bastante significativo en lo que a los relatos de viaje se refiere. Las rutas se van haciendo cada vez más cómodas y viajeros que recorren las tierras andaluzas. Los caminos ya no son tan peligrosos como solían serlo o al menos, la presencia de la Guardia Civil en las zonas más solitarias, les hace pensar que el recorrido será bastante más seguro de lo que solía serlo en épocas anteriores.
Toda la provincia de Jaén despierta el interés de los viajeros que atravesaron sus tierras y que supieron admirar las joyas arquitectónicas de ciudades como Úbeda y Baeza. La sierras de Cazorla, Segura y las Villas y quien incluso llegó a introducirse en uno de los pozos del distrito minero de Linares.
El Capitán Charles Rochfort., deja un escrito en 1838 Desde Aldea del Río por Villa del Río a Andújar hay catorce millas, siendo de cuarenta y tres millas la distancia completa desde Córdoba hasta este lugar. El paisaje es ondulado y está cultivado, si bien el trayecto a caballo. Andújar se encuentra en la margen derecha del Guadalquivir, río que se cruza por un puente de nueve ojos. Se dice que la ciudad tiene una población de 12.000 almas pero ese número no es más que una exageración manifiesta. Está rodeada por antiguas murallas romanas y defendida por un viejo castillo y es famosa por la fabricación de cerámica. De todos modos no es más que un lugar de aspecto empobrecido y destartalado.
Para algunos, Andújar se supone que es la Illiturgi –o escrito de otro modo, Illurtigis– de los antiguos historiadores, pero Florez sitúa el emplazamiento de esa ciudad a dos leguas más arriba aunque en la misma margen del Guadalquivir e imagina que Andújar sea Ipasturgi. El emplazamiento de la ciudad ciertamente coincide bastante mal con la descripción de Illurtigis que da Livio, ya que no hay ningún lugar en Andújar que se encuentre “cubierto por una enorme roca
La carretera a Madrid se aleja de las márgenes del Guadalquivir en Andújar y enfila hacia el interior hasta Bailén, y desde allí cruzando Sierra Morena por el desfiladero de Despeña Perros. Después de dedicar unas cuantas horas a explorar las viejas murallas del pueblo, volvimos a cruzar el río y dirigimos nuestros pasos hacia Granada tomando la carretera hacia Jaén.
Esa tarde continuamos hacia Torre Ximena por Torredonjimeno a veinte millas de Andújar. El paisaje es muy ondulado y está completamente cultivado. Los lugares que encontramos a lo largo de la carretera están situados en los mapas españoles con muy poca exactitud, ya que, en lugar de aparecer salpicados tanto al este como al oeste del territorio, están situados tan en fila que hacen que parezca que la dirección general de la carretera sea completamente en línea recta. Y, aunque se trata de un camino rural es tolerablemente bueno en general. El primer pueblo al que se llega es Arjona que se dice que es el antiguo Urgao, o Virgao. Es un lugar pobre de unos doce o quince mil habitantes que se encuentra a siete millas del Guadalquivir
Cinco millas más allá de Arjona, pero situada a la mitad de distancia de un disparo, alejada de la carretera hacia la derecha, se encuentra el miserable pueblo de Escañuela y tres millas más lejos Villa Don Pardo, otro pueblo igual de mísero. Desde aquí a Torre Ximeno, a cinco millas, la carretera atraviesa una gran llanura pero sólo habíamos hecho la mitad del camino cuando la noche nos sorprendió y al llegar al pueblo encontramos perfectamente cerradas todas las entrada
Desde Torre Ximeno a esa ciudad hay dos leguas o aproximadamente unas nueve millas. La carretera ahora toma una dirección más hacia el este que hasta ahora, y a la distancia de tres millas al pueblo de Torre Campo [sic por Torredelcampo]. El resto del camino va por una zona bastante ondulada que se inclina levemente hacia las montañas que se elevan hacia el este.
Jaén esta situada en los alrededores de la gran Sierra de Susana, por Sierra Arana que, dividiendo las aguas del Guadalquivir y el Genil se extiende al sur tanto que llega al Valle de Granada.
La ciudad está construida en la ladera oriental de un escarpado e inaccesible cerro cuya cumbre está ocupada por un antiguo castillo protegido por inmensas murallas.
El antiguo nombre del lugar era Aurinx, y parece que estuvo justo en los límites de la antigua Bética. Ahora es la capital de uno de los reinos que componen la región de Andalucía, y es sede de un obispado perteneciente al arzobispado de Toledo. Su población asciende a al menos veinte mil almas.
Jaén es en todos los aspectos una ciudad muy interesante. Los historiadores romanos la mencionan con mucha frecuencia. Su importancia también es digna de mención en tiempo de los árabes de cuyas manos la arrebató San Fernando A.D. 1246 .
“Lo escarpado del paisaje hacia el sur es tal que hasta los últimos años no había carretera para carros que pudiese atravesar por lo que Jaén en consecuencia ha sido una ciudad muy poco visitada por viajeros”.
Su situación es extremadamente pintoresca, la resplandeciente ciudad se encuentra en el borde de una rica y fértil vega rodeada de agrestes y enormes montañas. Lo escarpado del paisaje hacia el sur es tal que hasta los últimos años no había carretera para carros que pudiese atravesar por lo que Jaén en consecuencia ha sido una ciudad muy poco visitada por viajeros ya que al ser Granada y Córdoba las ciudades de mayor interés, la carretera más directa entre estas dos ciudades era la que generalmente se prefería.
Sin embargo, se acaba de finalizar una carretera, directa y excelente entre Granada y la capital que atraviesa Jaén. Esta ruta cruza el Guadalquivir en Menjibar y dirigiéndose directamente hasta Bailén llega hasta el arrecife que va desde Córdoba a Madrid, antes de entrar en los desfiladeros de Sierra Morena.
El castillo de Jaén se eleva a ochocientos pies por encima de la ciudad y es un bello ejemplar de fortaleza árabe se ha sacrificado en aras de la defensa con varias construcciones posteriores y demoliciones llevadas a cabo por los franceses.
Corona la cresta de un estrecho monte que recuerda bastante el de Ximena. por Torredonjimeno al que también recuerda mucho en otros aspectos. Sus aljibes y sus almacenes subterráneos están bastante bien conservados, pero las murallas exteriores de la fortaleza fueron parcialmente destruidas por los franceses cuando lo evacuaron a toda prisa en 1812.
Las vistas que se obtienen desde allí son extremadamente bellas. Hacia el norte se extiende una enorme llanura que, en apariencia, llega hasta la lejana Sierra Morena y por los otros lados elevadas montañas se ven muy cerca de la ciudad. Estas, cubiertas por viñas donde quiera que sus raíces encuentren un poco de tierra, presentan una extraña unión entre fertilidad y aridez.
La ciudad tiene quince conventos y numerosas fábricas de tejidos y alfombras de seda, lino y lana y presenta el aspecto de ser un lugar floreciente. En su mayoría las calles son tan estrechas que cuando uno extiende los brazos puede tocar las casas que hay a ambos lados.
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martes, 19 de julio de 2016

Durante la guerra civil, el Santuario de la Virgen de la Cabeza y ocurrió el asedio @MDoloresMata

Historia.

Durante la guerra civil, el Santuario de la Virgen de la Cabeza fue escenario de un hecho de armas, que ha quedado vinculado a su historia.
La Guerra Civil Española es definitivamente historia. Estos hechos históricos deben ser tratados de un modo imparcial y objetivo, sin inclinarse por ninguna ideología, para contar los sucesos tal cual ocurrieron sin dejarse llevar por subjetivismos. Murieron personas de los dos bandos
A mediados de agosto de 1936, se refugiaron en el palacete de la finca del Lugar Nuevo, en el valle del río Jándula, 65 guardias civiles y 15 paisanos, con sus respectivas familias. Días después, en el propio santuario, 165 guardias civiles, familiares, 44 paisanos y cuatro sacerdotes. En total, 1.135 personas.
El capitán D. Santiago Cortés González, con anuencia del capitán Ramírez, más antiguo en el escalafón, los tenientes Rueda García, Ruano Beltrán y Porto, éste del cuerpo de Carabineros, y los alferes Hormigo y Carbonell, más otras clases del benemérito instituto, se erigió en jefe del campamento.
Al principio, la situación fue de cierta normalidad, iban y venían los milicianos, bajaban a Andújar unas escuadras al mando de Carbonell para proveerse de ropas y víveres. Un médico, D. Carlos Torres Laguna, les prestaba asistencia sanitaria. Luego sería un eficaz historiador sobre temas de la Virgen, el santuario y Andújar.
El jefe de la Comandancia, teniente coronel Iglesias y el segundo jefe, comandante Nofuentes, también se refugiaron allí. El primero, requerido por las autoridades republicanas, se desplazó, después a Madrid, de donde no le dejaron volver, quedando su familia en el Santuario.
En los primeros días de septiembre, la situación de los refugiados empezó a ser bastante tensa, ante la insistencia de las autoridades republicanas para que entregaran las armas y se procediera a la evacuación. Más hay que reconocer que el fundado temor a represalias dictó la actitud de la mayoría. El vuelo de una avioneta de la llamada zona nacional que tuvo como único objetivo lanzarles mensajes de aliento y esperanza, entre otras circunstancias, precipitó los acontecimientos. Nofuentes era partidario de la entrega de armas y la evacuación, postura que no compartían el resto de los oficiales, por temor a los peligros que ello pudiera conllevar.
El día 14 de septiembre de 1936, dos camiones llenos de refugiados abandonaron el lugar para entregarse a las fuerzas republicanas. Ante esta situación, Cortés se hizo cargo del mando, quedando detenido el comandante Nofuentes. Los bombardeos comenzaron nada más conocerse la declarada rebeldía de los refugiados. El día 15 de septiembre cinco aviones del ejército republicano arrojaron por primera vez proclamas y algunas bombas. Eran los comienzos de ocho meses de resistencia, con bombardeos de aviación por parte de ambos contendientes, artillería, fuego de ametralladoras y morteros, granadas de mano y, al final, el empleo por los atacantes de tanques y carros blindados.Debido a la precariedad defensiva de los alojados en Lugar Nuevo, aprovechando una noche oscura e inclemente, caminaron por los escarpados riscos hacia el santuario. La comunicación entre los sitiados y la zona nacional, imposible en los primeros días, se hacía a través de palomas mensajeras, que los aviones arrojaban en paracaídas, hasta que, tomada la localidad de Porcuna, por las fuerzas que mandaba el general Queipo de Llano, se instaló allí un heliógrafo que comunicaba con el santuario.
Fue angustiosa, en muchas ocasiones, la falta de víveres y ropas que se paliaba, en lo posible, con los suministros aéreos dirigidos y protagonizados en su mayoría por el capitán Carlos de Haya. Al final sucumbió la posición, atacada por varios millares de hombres, milicianos, tropa regular. El 1 de mayo de 1937 el impacto de una granada de artillería hirió de muerte al capitán Santiago Cortés. La noticia hizo cundir el desánimo, e inmediatamente después se produciría la rendición. Al día siguiente, el Capitán Cortés tras ser operado por los sanitarios republicanos, falleció poco después del mediodía. La primitiva imagen de la Virgen de la Cabeza desapareció durante estos días de asedio del altar mayor y se piensa, según la opinión mayoritaria, que fue enterrada por algún guardia civil o familiar en algún lugar desconocido de la Sierra de Andújar. Hasta la fecha no ha aparecido y su paradero actual es toda una incógnita. La actual imagen de la Virgen es del año 1944.
El balance de bajas, entre los sitiados, sobrepasó los ciento cincuenta muertos, alcanzando los heridos una cifra cercana a los doscientos cincuenta, tanto entre los combatientes como en la población civil. Los supervivientes quedaron en un estado de lamentable, al que empezaron a poner remedio, humanitariamente, las tropas sitiadoras. Se ponía así punto final a uno de los episodios más aireados posterior a la Guerra Civil, en su afán por ensalzar las virtudes, el honor y la valentía de los hombres de la Guardia Civil.
Lo mas afectados personas que nada tenían que ver con esa guerra recordamos la muerte de Isabel Gómez Cámara, hermana de María de las caras de Bélmez , su marido (guardia civil) e hijas se habían refugiado durante la Guerra Civil en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, cómo muchas otras familias de guardias civiles. Muchos niños estuvieron allí. El asedio duró muchos meses, un ambiente de bastante penuria, de hambre, algunas personas murieron envenenadas (como el marido de Isabel y una de las hijas) porque habían salido a buscar frutos silvestres, recogieron unas hierbas venenosas que consumieron (pues no conocían el carácter venenoso de estas) por lo cuál fallecieron. En la película "el santuario no se rinde" una de las escenas representa precisamente el momento en el que están agonizando. Isabel y el resto de las niñas fallecieron en uno de los bombardeos, mientras se encontraban escondidas en Casa Colomera, cerca del Santuario. Solo se salvaron dos de ellas, una niña que hoy tiene nombre, Isabel Chamorro Gómez y una de sus hermanas, la cuál quedó muda de por vida por causa de tan dolorosa vivencia. Eran sobrinas de María Gómez Cámara. Estos acontecimientos fueron muy traumáticos para María, quien se encontraba en Bélmez. Perder a unos familiares en tan trágicas circunstancias tiene que ser muy dramático y, a nivel psicológico, debe marcar infinitamente, creo que de por vida .
La población civil, fue llevada hasta el Viso del Marqués en donde quedó alojada en un primer momento en el palacio del marqués de Santa Cruz y, pocos días después, entre las familias de esta población de las que recibieron un amable trato durante toda su estancia.
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A las cuatro y media de la madrugada del 1º de mayo se inició el fuego de artillería sobre la posición. Hacia las seis comenzaron a movilizarse los tanques. El plan, expuesto por el teniente coronel Cordón, consistía, según sus palabras, en «un ataque frontal realizado por la casi totalidad de las fuerzas y medios con que podamos contar». De este modo, parte de los efectivos se destinaron a atacar las secciones I, III y V con el fin de fijar los combatientes que había en ellas, mientras que los tanques avanzaron hasta la explanada donde se iniciaba la calzada para batir por la retaguardia las secciones II y IV.





Los niños del asedio al Santuario

guardia civil con sus hijos 



La población civil, fue llevada hasta el Viso del Marqués en donde quedó alojada en un primer momento en el palacio del marqués de Santa Cruz y, pocos días después, entre las familias de esta población de las que recibieron un amable trato durante toda su estancia.
El Santuario antes del asedio

El Santuario después del asedio