El resto de combatientes fueron conducidos al antiguo cuartel que la Guardia Civil tenía en la plaza de Santa María de Andújar. En la madrugada siguiente fueron trasladados hasta el presidio de San Miguel de los Reyes en Valencia, donde permanecieron buena parte de ellos hasta su liberación por las fuerzas del general Aranda el 29 de marzo del 39. En total fueron liberados dos tenientes, dos alféreces, un brigada, tres sargentos, diez cabos, cuatro cornetas, tres guardias primeros y ochenta y seis guardias de segunda. Murieron en el penal un brigada, un cabo y tres guardias.
Con esto se pone fin al relato de los hechos llevados a cabo durante los cerca de los nueve meses que duró el asedio al santuario. Acciones que ponen de relieve el sacrificio y heroísmo de sus protagonistas, mostrándonos a la par el dramatismo y la sinrazón del enfrentamiento entre hermanos que supuso la última guerra civil en España.
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