En hombre sobrevivió a ocho campos de concentración nazis por : @MDoloresMata
Así
relata Chain Ferster las que fueron sus sensaciones al pisar por primera vez en
su vida un campo de concentración.
"Podíamos
ver en la distancia las llamas que emanaban de cuatro chimeneas. No me di
cuenta, entonces, de que eran crematorios".
Fueron dos días
enteros de calvario, soportando terribles condiciones de trabajos
forzados, malnutrición y tifus.
En el último momento
Y
justo cuando él y sus compañeros prisioneros iban a ser fusilados, las fuerzas
aliadas irrumpieron en el campamento e hicieron posible su liberación.
Nacido en una
familia judía ortodoxa y criado en la ciudad polaca de Sosnowiec, el
protagonista de esta trágica historia tenía 17 años cuando estalló la
guerra en 1939.
Ahora
bisabuelo, recuerda con detalle los crecientes temores de las comunidades
judías, a medida que llegaban más y más noticias sobre la expansión militar de
Alemania.
A sus 93 años, vive
actualmente en Cheetham Hill, Mánchester, Reino Unido, donde se estableció en
1946.
"Se
podían ver los aviones alemanes. Los nazis invadieron Sosnowiec muy
rápidamente", contó Ferster a la BBC.
"Recuerdo
que los judíos estaban verdaderamente preocupados sobre todo lo que estaba a
punto de suceder".
Vivir con miedo
Entonces
llegó el racionamiento, la hambruna generalizada y las enfermedades en los
guetos.
Y, más tarde, la deportación de
miles de familias de judíos a campos de concentración.
"Teníamos
cartas de racionamiento y no había mucha comida en las tiendas para cumplir con
esas raciones", recuerda Ferster.
"No
teníamos medicación. La gente se estaba muriendo y la vida era muy difícil. Y
en un momento dado, reunieron a varios líderes de la ciudad y les dispararon.
Así, sin más".
En 1943, a la edad de 20 años,
los nazis fueron a buscarlo a su casa.
En
medio del caos, había logrado evitar que lo arrestaran un año antes, cuando su
madre y hermana desaparecieron y su padre, Wolf, murió de neumonía.
"Todo el mundo sabía que la gente que era seleccionada por la
Gestapo nunca volvía", afirma Ferster.
Con
esta idea en mente, un pariente le instó a aprender una habilidad que lo
hiciera útil para los alemanes: arreglar máquinas de coser, convirtiéndose en
un "mecánico".
Entre 1943 y 1945, vivió en
ocho campos de internamiento diferentes, en Alemania y Polonia, donde tuvo que
soportar terribles condiciones que terminaron con la vida de muchos.
Ferster
recuerda que lo obligaron a cambiar bloques de cemento de un carretera a
temperaturas extremas.
"Hacía
un frío insoportable, unos 25 o 26 grados bajo cero", recuerda.
"Los
soldados comenzaron a golpearnos, gritándonos y diciendo que no éramos lo
suficientemente rápidos. Muchos de ellos no pudieron soportarlo, tenían
neumonía. Y algunos murieron".
Hacia
finales 1943, durante un brote de tifus en un campo de concentración, Ferster
cayó gravemente enfermo. Hubo muchos muertos.
De nuevo, logró sobrevivir.
Sin embargo, Ferster
todavía conserva una horrible imagen en su memoria: "Había muchos palés
con cuerpos apilados, seis de un lado y seis del otro lado, formando torres
altísimas".
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Campo de
Auschwitz-Birkenau
§
Comenzó a ser construido en 1940 y llegó a ocupar 40 kilómetros cuadrados
§
Cerca de un millón de judíos fueron asesinados en ese campo de concentración
§
Otras víctimas incluían romaníes
(gitanos), discapacitados, homosexuales, disidentes, polacos no judíos y
prisioneros soviéticos
En las
"duchas" de Auschwitz
Finalmente,
Ferster fue deportado a Auschwitz.
Recuerda
muy bien las infames "duchas" y los prisioneros que eran enviados
allí.
"Nos
pusieron en un grupo. A todos nosotros, en un grupo especialmente grande. A la
mañana siguiente, algunos fuimos seleccionados para ir a las duchas",
cuenta.
"Fuimos
allí, a la misma ducha donde otras personas habían muerto gaseadas. Pero cuando
entramos, cayó agua -en lugar de gas- y pudimos lavarnos"
Ferster fue uno de los pocos que sobrevivió a Auschwitz, campo cuya
liberación tuvo lugar en enero de 1945.
Pero,
en la primavera de ese año, a medida que Alemania perdía la guerra, los nazis
comenzaron a acelerar su plan para ejecutar a los prisioneros judíos.
Como
resultado, Ferster se encontró en otro grupo de prisioneros que viajaron por
Alemania hasta otro famoso campo de detención, Buchenwald.
Fue allí donde Ferster creyó
que moriría.
Ansiada libertad
Los
prisioneros estaban siendo asesinados en masa, día tras día y, la mañana
después de su llegada, Ferster estaba con un grupo de compañeros de prisión,
esperando un destino similar.
Pero,
justo cuando Ferster y los demás estaban siendo llamados para su ejecución, el
campo fue liberado.
"De
repente, llegaron los aviones estadounidenses y todos los soldados alemanes
huyeron", recuerda.
"Y,
media hora o una hora después, un tanque americano atravesó las puertas de
Auschwitz. Y los soldados nos decían: '¡Sois libres, sois libres!'"
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