Convento de Capuchinos de Andújar

Convento de Capuchinos En 1621 era provincial el padre fray Félix de Granada, natural de Andújar, y pensó en establecer un convento en su ciudad. El 22 de enero de 1622 el obispado otorga licencia para fundarlo. Eligen el sitio donde estuvo la iglesia de San Roque, en las afueras de la ciudad, donde había un lazareto para cuidar a caminantes enfermos. Don Alonso de Lucena, que aspiraba a ser patrono del monasterio, compró más tierras y empezaron las obras. Ante la falta de medios, otros caballeros muestran deseos de colaborar, entre ellos, don Pedro Pérez de Vargas y don Alonso Pérez Serrano. Éste último quedó como patrono, como se aprecia en los escudos de la familia Serrano colocados en la fachada. Sólo queda la iglesia del antiguo convento, hoy parroquia, consagrada el 12 de marzo de 1645, bajo la advocación de San Roque. En el siglo XVIII se construye un camarín para rendir culto a la imagen de la Divina Pastora, según la norma de la Orden Capuchina. Actualmente ese camarín ha desaparecido. Sobre la portada, en ladrillo, se mostraban los escudos del patrón. El campanario era de ladrillo adornado con bolas cerámicas de sabor mudéjar, tal vez el único vestigio de aquella ermita de San Roque. De la decoración no queda nada, aunque hay constancia que demuestra una riqueza significativa, sobre todo en la capilla mayor donde se habla de un gran cuadro pintado por García Reinoso. Desapareció la comunidad con la desamortización de Mendizábal, y tras un tiempo de abandono, pasaron a ocuparse del edificio los Padres de San Vicente de Paul. Fuente: Monumentalidad religiosa de Andújar en la Modernidad, José Domínguez Cubero